La simplicidad es la clave de la verdadera elegancia

Con 23 años terminé mis estudios y decidí viajar por muchos países y conocer lugares distintos, diferentes culturas, personas, idiomas, sabores, aromas y experiencias que al final son la esencia de la vida. Conocí el continente asiático y desde ese momento creé una especial conexión, entre otras cosas, por el esmero que ponen en cultivar, cuidar y exhibir sus flores. Al entrar en los grandes hoteles, en los restaurantes o simplemente caminando por sus calles, puedes ver esas bellezas que te podrías detener a admirarlas, como si de un Goya o un Velázquez se trataran.

En esa hermosa España de finales de los años 80s empecé mi carrera de la mano de las flores que me han llevado por una montaña rusa de experiencias, cargada de adrenalina, alegrías y miedos, pero con la satisfacción de sentir que hice bien eligiendo la profesión que realmente me apasiona y que hace que cada día, junto a un gran equipo de increíbles profesionales, en Espaicol & Co realicemos esta actividad con mucho amor y dedicación, y es que como dijo Confucio “si amas lo que haces, nunca será un trabajo”.

Empezamos en una pequeña tienda del barrio de Salamanca, y con cariño la llamábamos “el pasillo” porque era muy angosta y eso era lo que parecía, pero eso sí, cargada de mucho encanto. Los vecinos de la zona rápidamente se enamoraron de nuestras flores, muchos de ellos siguen siendo clientes de Espaicol & Co a día de hoy.

Pensé que en España también tenemos muchas flores y plantas, cultivadas en nuestras tierras y que debemos aprovecharlas, pero ya la tienda se nos quedaba pequeña a Lola y a mí. Lola fue mi primera empleada, una mujer de Toledo que era una pequeña maquinita de crear arte floral con sus manos. Nos mudamos a otra tienda 3 veces más grande, luego a los meses aposté por un riesgo aún mayor: tener mi propio vivero y distribuir a esas pequeñas floristerías o “pasillos” que estaban empezando, o esas tiendas de barrio de toda la vida que dan tanto color a las calles.

 

Cuando nos dimos cuenta ya eran 5 tiendas en Madrid y un equipo humano grande y dejamos de ser una tienda de barrio, ya éramos una empresa, Espaicol &Co. Teníamos más demanda, distribuíamos en más sitios, creamos más departamentos, creamos alianzas estratégicas con las empresas más influyentes de España, más proyectos pero nos faltaba algo más, y pusimos a trabajar la imaginación para darle más personalidad a nuestro mundo de arte floral. Decidimos crear más que un producto dirigido a clientes muy exclusivos, como si un diamante se tratase, una pieza de arte floral que podría ser exhibido en una joyería. Apostamos por productos únicos, con los que sin decir una palabra, y solo mirándolos, ya se dice mucho.

Hoy, tras 30 años de incansable labor, podemos decir que Espaicol & Co ha pasado 3 décadas con el compromiso de llevar estos momentos especiales a la vida de mucha gente. La pasión por lo que hacemos ha hecho que no seamos una floristería más, sino una marca preferida por nuestros clientes por el trato exclusivo y personalizado que ofrecemos, por nuestro compromiso social y medioambiental y por el empeño que le ponemos en hacer felices a nuestros clientes.

Gracias por ser parte de la historia de Espaicol & Co

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